domingo, 29 de junio de 2014

Nosotros y nuestro yo

Una de las primeras cosas que te dicen cuando empiezas a estudiar Astrología es "todos somos todo". Entonces piensas "¿ya no soy Libra?" "¿qué ha querido decir???". Ay, esto se complica.

Y ahí es cuando te das cuenta de que igual no todo es tan sencillo. Pero en el fondo lo es. Voy a intentar explicarlo:

Nosotros nacemos con el Sol en un determinado signo del zodiaco y eso es lo que interiormente somos, porque es lo que define nuestro ego, nuestra esencia y es la explicación que damos cuando tratamos de definirnos. Soy Libra, soy Cáncer, soy ...

Y es cuando nos preguntan "y tu ascendente?". El ascendente es muy importante, porque es como nos ven los demás, ya sea por carácter o físicamente. Si eres ascendente Cáncer, sueles ser redonda, como una Luna Llena. Con un Escorpio, los ojos son lo más llamativo de tu físico, hipnotizan, ... y es como nos mostramos a los demás, además de tener características también de ese signo. Con un Escorpio vas a atraer y podrás ver más allá.

Hasta aquí controlamos más o menos. Pero nos olvidamos de dónde está nuestra Luna, que es donde nos implicamos, donde nos gustaría ser populares. Si tienes una Luna en casa IV, el hogar, la familia, las raíces son muy importantes. Si la tienes en la VII, la pareja.


La Luna es nuestra memoria, la nuestra y la de nuestras raíces, no olvidemos que es regente de Cáncer. Son nuestros sentimientos, nuestras reacciones más viscerales, aquellas que no controlamos. Y deberíamos aprender a controlarla, porque también es engañosa, la oscuridad que la rodea a veces nos engaña.

Sólo he hablado de 3 aspectos de la carta natal, pero recordemos que son 12 casas, y que cada una es una parte de nuestra vida, desde cómo somos hasta como nos gusta divertirnos o lo que nos gusta comer. Y cada casa está ubicada en un signo, que es el que determina el comportamiento. Y tiene planetas o no ...


Ay, esto se complica ...

domingo, 22 de junio de 2014

Comienzos ...

Los comienzos a veces son duros, difíciles, complicados, pero siempre son un descubrimiento. Con los comienzos podemos aprender, disfrutar, ... volver a ser niños.


Hace unos años, comencé a estudiar Tarot por pura curiosidad. Para saber de dónde viene y qué es, hay miles de páginas, por eso quiero dar mi punto de vista personal, sea equivocado ... o no.

Una interpretación de una tirada de Tarot no puede ser nunca errónea. Porque el Tarot es una mancia subjetiva. Sí, es verdad, hay unas combinaciones a seguir, unas reglas básicas; pero cuando te habla, cuando quiere llevarte por su camino ... ahí es cuando desaparece el ego del tarotista y es cuando comienza a fluir. Y es ahí cuando jamás te equivocas.

Lo peor de este camino es precisamente eso, el aprender a dejarse fluir y que tu "yo" no intente hablar más alto, impedir que el Tarot, que a veces susurra, pueda dar su mensaje. Porque no se trata sólo de adivinar el futuro; más bien es una guía, un apoyo y muchas veces un consuelo en momentos difíciles. Conozco a muy poca gente que recurra a esta mancia cuando todo le va bien; más bien al contrario, cuando tenemos épocas difíciles es cuando necesitamos de esa muleta que nos ayuda a seguir adelante y a ver las cosas con otros ojos.

Y un comienzo para mí, siempre será la carta 0, El Loco. Ese ser puro que a veces no sabe hacia donde va, pero que no tiene malicia.

Ese comienzo es Aries, la primavera, el eterno niño.

Y es hacia allí donde nos hemos de dirigir todos, hacia nuestro niño, que con ojos asombrados mira hacia delante siempre, quizás con un punto de imprudencia, pero siempre con alegría.

Y esos son mis comienzos.